Otra concha lubricada dorándose al sol mientras transpira suavemente en esta playa donde la libertad del disfrute del propio cuerpo parece ser un valor a respetar y cumplir a rajatablas por sus visitantes, como es el caso de otra jovencita libertina que también vimos allí mostrando sus pechitos juveniles.
¿Qué decir de esta mujercita, tal vez una universitaria y sus atributos de belleza? Sin dudas está feliz pues no se nos escapa que sus ojos, el pliegue de sus mejillas y la clara y diáfana sonrisa que no puede ocultar ¡ante tanto placer! son la prueba irrefutable del momento por el que está atravesando y -permítasenos decirlo- que también la atraviesa a ella para dejarle todo el vívido néctar de su presencia bajo la forma de un recuerdo del pasado que, cuando la jovencita evoque en sus años seniles lamentará ya no poder disfrutar.
Y sus tetas: dos hermosas, voluptuosas y pelotosas tetas en forma de planeta, pletóricas de amor por dar y de recibir el frote de lo que sea mientras el sol le calienta la conchita.
De los dedos de los pies podríamos decir también algo, pero no tenemos tiempo, así que notamos que el bronceado de la jovenzuela libertina llega hasta los pliegues más íntimos de sus labios vaginales, húmedos por el bloqueador pero ¿cómo no saber si también están húmedos por algún fantasioso pensamiento de la europea esta? ¿Cómo estar seguros de si acaso, no está fantaseando con mucho placer y consecuencias húmedas la cándida hermanita de alguna amiga?
Es lindo tomar el sol en la playa, pero siempre con bloqueador si se decide mostrar la almeja sobre la arena, para que no penetren rayos nocivos en tan delicada abertura. Es deseable, y desde aquí dejamos gratis la idea para que puedan hacer grandes negocios otros, de que se imponga de una buena vez una moda necesaria: que las chicas tomen sol en labios pintados de diferentes colores, compitiendo entre ellas en seducción.